Jada Pinkett Smith desvela cómo afrontó sus adicciones de adolescente

Jada Pinkett Smith, en 2019.
Jada Pinkett Smith, en 2019.
Jordan Strauss / GTRES
Jada Pinkett Smith, en 2019.

No hay programa de su Red Table Talk en Facebook que no acabe sin alguna revelación de la familia Smith. En él se han sincerado desde Will Smith hasta sus hijos Jaden y Willow Smith. O, sobre todo, su conductora, Jada Pinkett. Lo último que ha hecho la actriz de la saga Matrix ha sido hablar abiertamente de sus adicciones cuando era adolescente.

En la última de sus confesiones, que ha realizado delante de su hija Willow y de su madre, Adrienne, las tres que tienen desde hace bien poco un tatuaje a juego, Jada ha comentado cómo vivió el excesivo consumo de alcohol cuando era joven (este año cumple 50 años) y que se alargó bastantes años durante aquella etapa de su entrada en el mundo adulto.

Debido a una noticia reciente que asegura que, por primera vez desde que hay medicamentos específicos, el consumo de alcohol entre mujeres y hombres jóvenes se ha equiparado, la intérprete ha querido contar su experiencia personal, comenzando porque ella se considera a sí misma "un milagro andante".

"Beber vino tinto para mí era como beberme un vaso de agua. Luego me acostumbré a algo más fuerte. Bebí mucho alcohol durante el instituto y, cuando lo acabé, pasé a mezclar de todo. Así que [consumía] éxtasis, alcohol, marihuana... Dejadme deciros que me lo estaba pasando bastante bien", comentó Jada.

Alrededor de la mesa roja que da nombre al programa, la esposa de Will Smith afirmó que comenzó con el vodka y otros licores fuertes a los 15 años, de manera compulsiva, y que las grandes cantidades que bebía se debían a un problema de adicción acentuado por un momento vital insatisfactorio y una tremenda angustia vital.

"Yo no hacía nada que pensase que fuera adictivo, pero mezclaba esas tres cosas juntas, ese era mi cóctel. Tu límite se pone tan arriba que lo que tienes que tomar para llegar hasta donde quieres llegar... a mí me costaba dos botellas. Y era como: 'Vale, si tomo éxtasis, marihuana y alcohol, todo a la vez, voy a alcanzarlo antes [ese umbral] y a mantenerme colocada", explicó.

"Del jueves hasta la mañana del lunes, aquello era un no parar", añadió, amén de que era una bebedora "de atracones, capaz de tomarse ella sola una botella de bebidas blancas en apenas una hora y media. No hay que olvidar que en su familia se han dado diversas adicciones, estando una época Adrienne enganchada a la heroína y el padre de Jada murió en 2010 por una sobredosis.

Además, terminó contando cuál fue el instante en el que cambió todo, durante el rodaje de un remake de El profesor chiflado que protagonizó junto a Eddie Murphy. Tras tomarse su tercera botella de vino, la decisión le vino "de golpe": "Llegué a trabajar colocada y con un mal viaje de éxtasis. Me desmayé y le conté a todo el mundo que debía de haber sido una medicación caducada. Pero os diré lo que hice: saqué fuerzas y me planté en el set de rodaje. Fue la última vez".

Ahora, asegura, aún tiene en casa licores de alta gradación, pero controlándose, así como ocasionalmente toma alguna copa de vino. "Si miro hacia atrás en mi vida, soy un milagro andante, no hay duda, aunque la gente no se lo crea. Tengo que tener cuidado. Estaba tan acostumbrada a beber cosas fuertes...", finalizó.

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